lunes, 30 de junio de 2008

Inmigrante por amor o por dinero

Esta historia, relata la vida de una muchacha latinoamericana de clase media acomodada que apareció en consulta por una sensación extrema de soledad.
Siempre que pudo tuvo amigos extranjeros e incluso enamorados extranjeros mientras estudiaba una carrera técnica. Aparentemente por medio de estas relaciones, se propuso vivir en el extranjero. Se puso a escribir a cuantas amigas habían salido a estudia a Europa o a otros países de América latina. En la lista estaba una pariente lejana, que se interesó por recibirla cuando sus estudios estén del todo terminados.
Así visito el país en el que vivía la pariente hasta tres veces, en cada vez como turista, completamente legal y con la ventaja de una familia que la acogía y respaldaba, el dinero que enviaban sus padres le daba la posibilidad de salir a paseos puesto que no tenia otros gastos. En esta posición privilegiada que no es la de la mayoría de inmigrantes se inscribió en todas las paginas de internet para solteros, hasta que finalmente logro iniciar una relación con uno de ellos, al ser incompatibles, inicio una segunda relación, con este vínculo en el bolsillo volvió a su país y regresó por segunda vez a Europa para encontrarse con este nuevo amor. En un corto tiempo fracaso la relación y puesto que debía volver definitivamente a su país, porque los padres se negaban a seguir financiando una vida de improductividad, se lanzo a un nuevo contacto de internet, con el que logro hacer el enganche para un tercer y definitivo viaje. Esta vez se instaló “por amor en casa de nuevo novio”, limpió la casa y le cocino, lo espero siempre para cuando volviera del trabajo (lo que no hubiera hecho jamas en casa de la pariente),se mostró como la pareja dócil y comprensiva.

Puesto que había aprendido de los errores anteriores, dejó de hablar de las muchachas de servicio en la casa paterna y se mostró deseosa de trabajar, para quitar la sospecha que ella buscaba quien la mantuviera. Regresó a su país y volvió con una visa de estudiante y con dinero justo para un curso de idioma que le habían regalado sus padres y así se fue comprometiendo a su pareja. Tras muchas maniobras de presionse incluyendo un viaje de abandono, propició que el muchacho se decidiera por el matrimonio, de manera poco romántica pero finalmente logró casarse y así tener una situación del todo legal. Según sus palabras se casó con un hombre que la quisiera a ella más que ella a él. Así podría ella tener el control de la relación.

El esposo esperaba que ella cumpliera aquel papel de mujer sencilla, trabajadora y seria según la imagen que le vendió. Al no haberse titulado jamás en su país, no le quedó otra opción que buscar trabajos de limpieza de casa y cuidado de niños. Algo impensable para alguien de clase media alta en su país. Pero que el esposo no considera denigrantes, porque son trabajos honestos. Además una de las condiciones para casarse fue la de cuentas bancarias separadas. Sin posibilidad de tener un hijos puesto que su esposo no se halla listo para tal desafío, esta mujer comenzó a llenar su vida de trabajo, incluso algunas noches libres enseña español.
Su vida gira entorno a mantenerse ocupada, ganar dinero y así pagarse cuantos gustos pueda darse. Pero el vacío de compartir su vida con alguien a quien no ama con locura parece haber ido anulando su deseo de echar raíces, de hacer una vida familiar y social normal. Está sola, se aísla de manera consciente, sintiéndose superior a las demás mujeres latinoamericanas en su situación y desea solamente ganar dinero, viajar y comprar.

Tras muchas sesiones, quedo claro que este deseo de alejarse de su familia tiene que ver justamente con las discusiones por el dinero el control y el poder en la familia que tuvo que escuchar durante su infancia y adolescencia. Por eso huyó del control de sus padres.

En la migración, suelen agravarse los problemas que en nuestros países pueden pasar desapercibidos o disimularse con facilidad. Con ella se agravan algunos defectos, temores y conflictos no resueltos. Las crisis suelen ser mayores. Sobre todo cuando el dinero se convierte en la forma de conseguir la felicidad o el respeto de la familia, nunca hay dinero que alcance, siempre hay algo ó alguien nuevo que comprar. Por eso pienso queridas mujeres inmigrantes, que "el dinero no puede ser la medida de la felicidad.

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