martes, 1 de julio de 2008

Ha abusado de mi

Muchísimas mujeres y hombres inmigrantes, van a las discotecas los fines de semana. En busca del esparcimiento tan necesario para continuar una vida de arduo trabajo. Hay en este país como en muchos otros de Europa, lugares en los que lo latino tiene su propio espacio y se puede vivir en esa pequeña sociedad sin aprender incluso el idioma local.
La persona de la que les hablo hoy, asistió a una de estas discotecas, tomo un par de bebidas y encontró un hombre joven interesado en ella. Con ilusión siguió el coqueteo y finalmente bailaron toda la noche, intercambiaron números de teléfono móvil y quedaron de verse otra vez. Así entre sms y llamadas encuentros de fin de semana pasaron tres fines de semana. La ultima vez le ofreció llevarla a su casa. Aceptó y en el camino le ofrece un paseo por un el parque y así respirar aire fresco, para manejar mejor sin cansancio. Y ahí mismo en el parque en la oscuridad del follaje de un árbol entre unos besos y caricias la fuerza a tener sexo. Con violencia y hasta destreza mete la mano bajo la minifalda y rompe su ropa interior “no grites le decía “ y ella “no, no, no quiero” “ ¿quieres que venga la policía? Tú pierdes porque no tienes papeles, así que calladita” en segundos estaba dentro de ella sacudiéndose como un animal, terminando con prisa la faena, con una mano sobre la boca de ella.
Ahí mismo en el parque la dejó, y antes de volver a su coche le dijo “no te olvides que ahora se donde vives, así que calladita”
Después de dos semanas del desgraciado evento, logró encontrar las direcciones adecuadas para buscar ayuda, el pánico a las enfermedades de transmisión sexual, el terror a la deportación, tenían a esta joven mujer en un estado agudo de estrés. Poco pudo hacerse para poner al hombre en manos de la justicia. El daño causado a la vida de esta persona ha sido profundo y muchas mejores seguirán sufriendo este tipo de abusos, como el precio a pagar para poder ayudar a sus familias que las esperan en sus países.

lunes, 30 de junio de 2008

Inmigrante por amor o por dinero

Esta historia, relata la vida de una muchacha latinoamericana de clase media acomodada que apareció en consulta por una sensación extrema de soledad.
Siempre que pudo tuvo amigos extranjeros e incluso enamorados extranjeros mientras estudiaba una carrera técnica. Aparentemente por medio de estas relaciones, se propuso vivir en el extranjero. Se puso a escribir a cuantas amigas habían salido a estudia a Europa o a otros países de América latina. En la lista estaba una pariente lejana, que se interesó por recibirla cuando sus estudios estén del todo terminados.
Así visito el país en el que vivía la pariente hasta tres veces, en cada vez como turista, completamente legal y con la ventaja de una familia que la acogía y respaldaba, el dinero que enviaban sus padres le daba la posibilidad de salir a paseos puesto que no tenia otros gastos. En esta posición privilegiada que no es la de la mayoría de inmigrantes se inscribió en todas las paginas de internet para solteros, hasta que finalmente logro iniciar una relación con uno de ellos, al ser incompatibles, inicio una segunda relación, con este vínculo en el bolsillo volvió a su país y regresó por segunda vez a Europa para encontrarse con este nuevo amor. En un corto tiempo fracaso la relación y puesto que debía volver definitivamente a su país, porque los padres se negaban a seguir financiando una vida de improductividad, se lanzo a un nuevo contacto de internet, con el que logro hacer el enganche para un tercer y definitivo viaje. Esta vez se instaló “por amor en casa de nuevo novio”, limpió la casa y le cocino, lo espero siempre para cuando volviera del trabajo (lo que no hubiera hecho jamas en casa de la pariente),se mostró como la pareja dócil y comprensiva.

Puesto que había aprendido de los errores anteriores, dejó de hablar de las muchachas de servicio en la casa paterna y se mostró deseosa de trabajar, para quitar la sospecha que ella buscaba quien la mantuviera. Regresó a su país y volvió con una visa de estudiante y con dinero justo para un curso de idioma que le habían regalado sus padres y así se fue comprometiendo a su pareja. Tras muchas maniobras de presionse incluyendo un viaje de abandono, propició que el muchacho se decidiera por el matrimonio, de manera poco romántica pero finalmente logró casarse y así tener una situación del todo legal. Según sus palabras se casó con un hombre que la quisiera a ella más que ella a él. Así podría ella tener el control de la relación.

El esposo esperaba que ella cumpliera aquel papel de mujer sencilla, trabajadora y seria según la imagen que le vendió. Al no haberse titulado jamás en su país, no le quedó otra opción que buscar trabajos de limpieza de casa y cuidado de niños. Algo impensable para alguien de clase media alta en su país. Pero que el esposo no considera denigrantes, porque son trabajos honestos. Además una de las condiciones para casarse fue la de cuentas bancarias separadas. Sin posibilidad de tener un hijos puesto que su esposo no se halla listo para tal desafío, esta mujer comenzó a llenar su vida de trabajo, incluso algunas noches libres enseña español.
Su vida gira entorno a mantenerse ocupada, ganar dinero y así pagarse cuantos gustos pueda darse. Pero el vacío de compartir su vida con alguien a quien no ama con locura parece haber ido anulando su deseo de echar raíces, de hacer una vida familiar y social normal. Está sola, se aísla de manera consciente, sintiéndose superior a las demás mujeres latinoamericanas en su situación y desea solamente ganar dinero, viajar y comprar.

Tras muchas sesiones, quedo claro que este deseo de alejarse de su familia tiene que ver justamente con las discusiones por el dinero el control y el poder en la familia que tuvo que escuchar durante su infancia y adolescencia. Por eso huyó del control de sus padres.

En la migración, suelen agravarse los problemas que en nuestros países pueden pasar desapercibidos o disimularse con facilidad. Con ella se agravan algunos defectos, temores y conflictos no resueltos. Las crisis suelen ser mayores. Sobre todo cuando el dinero se convierte en la forma de conseguir la felicidad o el respeto de la familia, nunca hay dinero que alcance, siempre hay algo ó alguien nuevo que comprar. Por eso pienso queridas mujeres inmigrantes, que "el dinero no puede ser la medida de la felicidad.

Me he convertido en cajero automático

Un 23 de diciembre , por medio del los voluntarios de un centro de llamadas, se puso en contacto conmigo una mujer de al rededor de 40 años. Lloraba desesperadamente, y procedió a contarme su historia.
En Septiembre se lesiona la espalda en unos trabajos comunes de limpieza de una casa, oficio al que se dedicaba. Sin darle importancia siguió trabajando y luego de dos semanas casi no podía moverse del dolor, por este motivo no puede ir a trabajar regularmente y pierde uno tras otro sus trabajos de limpieza. Hace los gastos necesarios para transportarse a un médico voluntario que atiende inmigrantes sin papeles, paga algunas medicinas, paga su alimentación y el mes de alquiler de la habitación en casa de una persona, que vive de alquilar habitaciones a inmigrantes y aunque hizo todo lo posible para que el dinero alcance simplemente se esfumó. La Dueña de casa en cuestión, al verla un poco repuesta, le pide que abandone la casa si no puede pagar. Tras una desagradable discusión sale del lugar y es acogida por un par de amigas, pero en un lugar muy pequeño, para no incomodar trata de solo volver a dormir y pasa el día en la calle intentando buscar trabajo, pero estamos hablando ya de la segunda semana de diciembre, con unos pocos billetes en el bolsillo, comienza a desesperarse, al volver al lugar de las amigas para dormir, se encuentra con la horrible escena dela policía deteniendo a las dos amigas y al novio de una de ellas, se esconde tras un árbol raquítico sin hojas y comienza a ir en dirección opuesta con el pánico de que la arresten también.
Sus últimos cinco años como inmigrante sin papeles fueron tan tranquilos, en un país tranquilo, al principio fue difícil encontrar trabajo pero luego todo marchó sobre ruedas, para evitar las tentaciones de gastar el dinero que iba ganando, tomó la costumbre de quedarse con lo necesario y mandar todo lo demás para que su madre se ocupara de su hija de 12 y su hijo de 5. Con el paso de los años su hija con 17 terminó este año el colegio y ya podía estudiar una profesión y el niño había crecido sin privaciones. Sintiéndose enferma y agotada decidió llamar a su familia. Compro una tarjeta de teléfono busco una de las tan escasas cabinas públicas y le contesto su hija que le hablaba del año nuevo y de la fiesta a la que estaba invitada. Ella le dijo “ hija y si me volviera, ya tengo ganas de estar con ustedes” solo se escucho un silencio y la jovencita siguió hablando de las cosas cotidianas como si no la hubiera escuchado, al repetirle la madre la frase la hija contestó : “ mamá pero a mi me hubiera gustado que me pague la universidad , ya fui a la pre-inscripción a una privada.....”
Pásame a tu hermano le dijo y escucho como el niño decía que no quería hablarle que mas un rato estaba con la X-Box . pásame a tu abuela. Se puso la abuelita al teléfono y le dijo ya en serio “ mamá estoy con ganas de volverme, del ultimo dinero que mandé hágame por favor un giro, necesito comprarme un boleto para regresar lo mas pronto” y se escuchó de nuevo silencio “ hija, no te puedo hacer un giro con la plata que mandaste, como no has estado mandando los últimos dos meses he gastado de ahí” si mamá pero yo he mandado mucho mas dinero que eso, así que saque por favor dinero de la cuenta y hágame un giro” no puedo hija, le he prestado algo de dinero a tu hermano para arreglar su taxi que lo choco en los carnavales y el resto lo he gastado en ayudar a tu hermana con esto que la dejo su marido y ahora esta enferma parece que tiene cáncer....” llorando esta entrañable mujer me decía, se gastaron todo el dinero de mi trabajo y querían que mande todavía más, estoy enferma, mañana es noche buena y no tengo a donde ir y ni me preguntaron por qué quería volver, me he convertido en un cajero automático”.
Para mi este es un buen ejemplo de la doble explotación. Del desamparo de las personas inmigrantes en las sociedades de acogida, pero a la vez de la frialdad con la que sus propias familias las someten a la presion de enviar dinero para la subsistencia del conjunto, olvidando un poco la dimensión humana.